Hola amics i amigues desitge que s'ho passeu de categoria i que fruïu amb la natura aquestes festes. Jo per fer-vos la vida més agradable i que pugau riure un poquet a costa meua, que és gratis , puje una foto que m'ha fet Julia després de haver realitzat la coreografia amb els alumnes de 2n de baxillerat. En fin, a divertir-se.
viernes, 18 de diciembre de 2009
martes, 8 de diciembre de 2009
Mas fotos del puigcampana
Comienzo con una foto significativa de la indolencia que caracteriza al grupo:
Y aquí quedan el resto de las fotos que hice:
Text i narració de Juanjo. Val la pena
PUIG CAMPANA 7 DE DICIEMBRE DE 2009
PREÁMBULO
(que los lectores apresurados pueden saltarse sin sonrojo y continuar en la página 3, donde pone ASCENSIÓN)
Madrid es una ciudad de mas de cinco millones de habitantes, según las últimas estadísticas, con una marcada y tradicional querencia por la costa mediterránea, al menos desde que don Santiago Bernabeu dio en veranear en Santapola. Yo soy del Atleti, y los del Atleti pasamos de todo, pero desde que tengo memoria he viajado en esa dirección, así que la querencia por la costa debe tener raíces más profundas que las futbolísticas. Quizás sean los genes. La pequeña historia familiar habla de un abuelo nacido en Liétor, provincia de Albacete, con una marcada afición por el mar. Valencia y Alicante fueron sus ciudades.
Al principio los viajes desde la meseta era épicos e interminables. Recién superados los últimos coletazos de la resaca que toda guerra deja tras de sí y en medio de los festivales de Eurovisión y de una pertinaz sequía, la familia numerosa en la que abrí los ojos se embutía a principios de Julio en uno de los primeros símbolos del desarrollismo: el Seat 600. El vehículo era un icono, pero esta condición no impedía que se calentara a modo en las cuestas y también en el llano, pero era un icono muy práctico: bajo el asiento del copiloto -invariablemente una madre con un pañuelo en la cabeza anudado en la sotabarba- podías meter la olla exprés y en el resto del espacio, hábilmente distribuídos, cabían varias abuelas, la jaula del jilguero, el patito de goma y la colchoneta de playa. Viajar de aquella manera dejaba en pañales el desplazamiento de cualquier héroe clásico, de esos que ganan una guerra y lloriquean durante diez años porque lo que ellos quieren de verdad es dejar tanta violencia estéril que sólo engendra violencia, y regresar a casa para cenar y ver la tele en pantuflas. Aquellos viajes por una carretera rectilínea que atravesaba la llanura junto a los hilos del teléfono sí que eran épicos e interminables. Ocho o nueve horas en un espacio reducido, con el sol de julio sobre la cabeza ponen a prueba cualquier convivencia. Aquello sí que eran familias, y no lo que hay ahora, que saltan en pedazos por un quítame allá esas pajas.
El viaje a la costa había que hacerlo por etapas. Una de ellas era a mitad de camino, en La Roda, donde un buen samaritano había abierto un bar al que había llamado Casa Juanito. En ese lugar se salvaba la vida, fundamentalmente con un mítico bocadillo de chorizo frito y una cocacola. Los miguelitos de postre te trasladaban a la antesala del paraíso. Poco duraba el éxtasis, pues sin solución de continuidad se cerraba tras de ti la puerta, abrías la del coche y regresabas ipso facto al infierno de la carretera.
El el Levante de mi memoria hay bastante humedad, un calor africano y playa a todas horas. También paellas en el chiringuito, castillos de arena y siestas que sólo dormían los adultos. Afortunadamente el tiempo es un masai que nunca descansa y aquello pasó. Al hacerme mayor descubrí que el Levante no era sólo una delgada línea de playa. Hacia el interior también había provincia. Los veranos en familia habían pasado a mejor vida y ahora, pertrechado con una mochila de lona y una tienda de campaña sustraída a la O.J.E. Y llena de remiendos, visitaba a las novias madrileñas que veraneaban en la costa. Una de ellas veraneaba en Benidorm. Allí, entre cervezas y tiernas palabras a la luz de la luna, descubrí a lo lejos el Puig Campana. ¡Una montaña mellada! Ahí es nada. Alguien me contó la leyenda de su peculiar forma. Mejor dicho, las leyendas. Una versión hablaba de un gigante que, cabreado por alguna razón desconocida, seguramente había llegado a casa y la cena no estaba preparada, le había dado una patada a la cumbre y le había arrancado un trozo.
-El pedazo es la isla de Benidorm, -me decía mi amada mientras yo le besaba la oreja, o el cuello, o cualquiera otra región de su voluptuosa geografía.
La otra versión debía haber llegado con alguna de las innumerables oleadas de guiris que se hinchaban de sangría y contribuían con sus divisas a equilibrar la balanza de pagos. Decía esta historia que la caries de la la montaña se debía al aterrizaje de una nave extraterrestre que se había posado en la cima y había derretido el trozo con su pie cuadrado e incandescente. Lo del gigante estaba bien, pero lo de la nave extraterrestre también molaba. No sé si alguna vez un grupo de pirados se ha subido a la cima para esperar la llegada de nuestros hermanos de otras galaxias, pero si no lo han hecho, deberían hacerlo. Andaba yo por aquel entonces utilizando los ratos libres que me dejaban las prácticas amorosas leyendo libros esotéricos, ya sabéis, Carlos Castaneda, pirámides orientadas según el eje de la tierra, calendarios mayas que predicen al apocalipsis, viajes astrales a monasterios tibetanos y ovnis pilotados por ángeles, lo que le daba a la leyenda un interés añadido.
Fue entonces cuando decidí que quería subir a la montaña. Por diversas razones que no vienen al caso la ascensión se ha demorado treinta y dos años, pero ya se sabe que el tiempo no existe. La sensación de que pasan las horas es una fantasía para cantar boleros y un invento de los suizos, que son expertos a la hora de vender neutralidad y relojes.
LA ASCENSIÓN
El caso es que el lunes pasado subí. ¿A qué viene entonces todo el rollo anterior sobre la infancia y las novias? Pues la verdad es que no lo sé, pero a lo mejor contribuye a crear ambiente, como esas lámparas de luz indirecta, que no alumbran un carajo pero que quedan muy estilosas en un rincón del salón. Como os decía, el lunes pasado subí al Puig Campana, y es que en esta vida todo llega si uno vive lo suficiente. Sólo hay que trabajar para conseguirlo y tener buen cuidado de no morirse antes de tiempo, al menos antes de haber visto cumplidos el noventa y siete por ciento de lo sueños.
Subir una montaña siempre es una pasada. Hay montañas más altas, más bajas, más estilizadas, más chatas, en un continente o en otro, pero para mí todas son la misma montaña. Esto de subirme a lo más alto también viene de pequeño. Me subía a los árboles -y me caía como fruta madura- me subía a la azotea de mi casa, me cogía en tren de Cercedilla y me subía a la sierra. Debe ser que siempre he tenido vocación de Moisés subiendo al monte Sinaí para entrevistarse con Dios.
Las montañas, todas las montañas, son la casa de Dios, que tiene la ventaja de que como está en todas partes, también está en las cimas, en el bolsillo de la camisa y en el fondo del mar. Moisés subió, vio a Dios y al bajar cuentan que le resplandecía la cara. De lo que hablaron no se ha filtrado nada. A algunos humanos les resplandece el cuerpo después de practicar el sexo, lo que me lleva a pensar que a lo mejor Moisés subió a echar un polvo y luego se inventó todo eso de los mandamientos para justificarse ante la parienta, aunque en las Escrituras no consta que estuviera casado. El que sí lo estaba y con un mal bicho era Sócrates, pero conviene no confundir personajes de diferentes épocas y de distintas culturas.
La ascensión al Puig Campana se inicia se inicia donde a uno le dé la gana -otra de las ventajas de las montañas- y nosotros la empezamos en Finestrat, pueblo de nombre misterioso que suena a Finisterre, pero que seguramente no tiene nada que ver. En todos los pueblos hay un bar para madrugadores y montañeros. Lo encontramos, y mi hijo y yo nos comimos unas tostadas con aceite, que es un clásico de los desayunos. En el bar de al lado vimos a Inma y a sus amigos. (Entre paréntesis, después del Kilimanjaro mi hijo Juan Miguel había jurado por lo más sagrado no volver a acercarse a una pendiente de más del cinco por ciento, pero la montaña es tan adictiva que hace que se te olviden los juramentos proferidos en momentos de obnubilación). Salimos en coche hacia el lugar de encuentro y nos perdimos. Y es que los de Madrid mucho rollo de que vamos sobrados pero en cuanto nos sacan de la Cibeles no damos pie con bola. Subsanado el error gracias a la tecnología telefónica, subimos los coches en fila, aparcamos y a prepararnos. En un grupo de más de diez personas están presentes todos los comportamientos humanos. Hay quien se equipa como si fuera a participar en un programa de supervivencia en condiciones extremas y quien mete una botella de agua en una bolsa del Caprabo y hacia arriba. Hay quien cuida la estética y pasa horas conjuntando su indumentaria en Decathlon y quien sube con las botas con las que hizo la mili, una camiseta con el pato Lucas descolorido y en bañador. En la variedad está la diversión y si fuéramos todos iguales sería bastante aburrido.
El primer tramo transcurre entre pinos. Al principio las glándulas suprarenales bombean adrenalina y el aliento está intacto, así que las conversaciones y las bromas son constantes. Que si te pesa mucho una parte de tu anatomía, que me cuentes cómo pasaron el invierno los indios arapajoes, que no me enteré muy bien el otro día. Acabamos de salir y ya hay hambre, así que también se habla de parar a almorzar. La longaniza tiembla en los macutos. Por unanimidad decidimos para al pie de la Pedrera. Tras el almuerzo reiniciamos la marcha y el grupo se va disgregando. El esfuerzo obliga a ahorrar aliento y cada uno se va metiendo en sí mismo. Antes o después todos nos hacemos la pregunta fatídica: ¿Qué xxxxxxx estoy haciendo yo aquí? Cada uno sube a su ritmo, como debe ser. Vamos todos juntos pero luego cada cual establece su propia relación con la montaña y consigo mismo. Vas con los demás, pero como dijo no sé quién -creo que fue Tolstoi- hay un estado de conciencia en el que estás solo, y este estado de conciencia es el que aflora en la ascensión. La vida es atractiva por su fascinante complejidad, que al mismo tiempo es de una asombrosa simpleza, y que nadie pregunte qué quiere decir eso porque no lo sé.
En la pedrera adelantamos y somos adelantados por otros grupos. Surgen espontáneamente los guías. Si baja alguien, la pregunta es inevitable: ¿Falta mucho? Un kilómetro y medio. Vayamos a donde vayamos siempre estamos a un kilómetro y medio de nuestro destino.
“Por la derecha”. “No, por la izquierda hay menos piedra”, dicen los guías. Inútil. En una pedrera todo es piedra desprendida, así que resbalando hacia arriba. Nada que merezca la pena se consigue sin esfuerzo.
A su tiempo debido llegamos al collado y nos reagrupamos. La montaña mellada no es tal. Sólo es un efecto óptico. Y es que algunas cosas no son lo que parecen y hay que andarse con cuidado. Aún queda un rato hasta la cima y algunos remolonean, conversan, beben, comen. No parece que haya muchas ganas de continuar, así que me adelanto. El camino es mucho más suave. A la derecha, el mar, a la izquierda, las montañas. Una pasada. A un lado y al otro las formas se van difuminando en una escala de azules. Esto es algo que no se ve tumbado en el sofá de casa o sentado en el Pans&Company del centro comercial. La senda sube suavemente por la solana hasta la cima, que está ocupada por grupos de montañeros que hablan raro. Son los guiris. Da igual. Siempre que llego arriba soy el primer ser humano que ha llegado y mis ojos son los primeros que contemplan el paisaje. Abajo está Calpe, Altea, Benidorm, La Vila. Los pueblos costeros de mi infancia y adolescencia vistos desde arriba. Me como el bocadillo de tortilla mientras miro a derecha e izquierda buscando inconscientemente un despegue para el parapente. Ése es otro de mis sueños. Subir caminando y bajar volando. Todo se andará y se volará. Llegan los demás y volvemos a comer. Es una comida espectáculo pues alguien hace un striptease parcial, y ya se sabe que el erotismo está en la intermitencia.
No hay mucha sobremesa. Los días son cortos y hay que bajar antes que se haga de noche. La senda de la umbría es una pasada. Atravesamos la zona incendiada que empieza a regenerarse y llegamos al coche. El cuerpo cansado y el espíritu limpio. El Puig-campana es historia. La mejor montaña siempre es la próxima.
Y aquí quedan el resto de las fotos que hice:
Text i narració de Juanjo. Val la pena
PUIG CAMPANA 7 DE DICIEMBRE DE 2009
PREÁMBULO
(que los lectores apresurados pueden saltarse sin sonrojo y continuar en la página 3, donde pone ASCENSIÓN)
Madrid es una ciudad de mas de cinco millones de habitantes, según las últimas estadísticas, con una marcada y tradicional querencia por la costa mediterránea, al menos desde que don Santiago Bernabeu dio en veranear en Santapola. Yo soy del Atleti, y los del Atleti pasamos de todo, pero desde que tengo memoria he viajado en esa dirección, así que la querencia por la costa debe tener raíces más profundas que las futbolísticas. Quizás sean los genes. La pequeña historia familiar habla de un abuelo nacido en Liétor, provincia de Albacete, con una marcada afición por el mar. Valencia y Alicante fueron sus ciudades.
Al principio los viajes desde la meseta era épicos e interminables. Recién superados los últimos coletazos de la resaca que toda guerra deja tras de sí y en medio de los festivales de Eurovisión y de una pertinaz sequía, la familia numerosa en la que abrí los ojos se embutía a principios de Julio en uno de los primeros símbolos del desarrollismo: el Seat 600. El vehículo era un icono, pero esta condición no impedía que se calentara a modo en las cuestas y también en el llano, pero era un icono muy práctico: bajo el asiento del copiloto -invariablemente una madre con un pañuelo en la cabeza anudado en la sotabarba- podías meter la olla exprés y en el resto del espacio, hábilmente distribuídos, cabían varias abuelas, la jaula del jilguero, el patito de goma y la colchoneta de playa. Viajar de aquella manera dejaba en pañales el desplazamiento de cualquier héroe clásico, de esos que ganan una guerra y lloriquean durante diez años porque lo que ellos quieren de verdad es dejar tanta violencia estéril que sólo engendra violencia, y regresar a casa para cenar y ver la tele en pantuflas. Aquellos viajes por una carretera rectilínea que atravesaba la llanura junto a los hilos del teléfono sí que eran épicos e interminables. Ocho o nueve horas en un espacio reducido, con el sol de julio sobre la cabeza ponen a prueba cualquier convivencia. Aquello sí que eran familias, y no lo que hay ahora, que saltan en pedazos por un quítame allá esas pajas.
El viaje a la costa había que hacerlo por etapas. Una de ellas era a mitad de camino, en La Roda, donde un buen samaritano había abierto un bar al que había llamado Casa Juanito. En ese lugar se salvaba la vida, fundamentalmente con un mítico bocadillo de chorizo frito y una cocacola. Los miguelitos de postre te trasladaban a la antesala del paraíso. Poco duraba el éxtasis, pues sin solución de continuidad se cerraba tras de ti la puerta, abrías la del coche y regresabas ipso facto al infierno de la carretera.
El el Levante de mi memoria hay bastante humedad, un calor africano y playa a todas horas. También paellas en el chiringuito, castillos de arena y siestas que sólo dormían los adultos. Afortunadamente el tiempo es un masai que nunca descansa y aquello pasó. Al hacerme mayor descubrí que el Levante no era sólo una delgada línea de playa. Hacia el interior también había provincia. Los veranos en familia habían pasado a mejor vida y ahora, pertrechado con una mochila de lona y una tienda de campaña sustraída a la O.J.E. Y llena de remiendos, visitaba a las novias madrileñas que veraneaban en la costa. Una de ellas veraneaba en Benidorm. Allí, entre cervezas y tiernas palabras a la luz de la luna, descubrí a lo lejos el Puig Campana. ¡Una montaña mellada! Ahí es nada. Alguien me contó la leyenda de su peculiar forma. Mejor dicho, las leyendas. Una versión hablaba de un gigante que, cabreado por alguna razón desconocida, seguramente había llegado a casa y la cena no estaba preparada, le había dado una patada a la cumbre y le había arrancado un trozo.
-El pedazo es la isla de Benidorm, -me decía mi amada mientras yo le besaba la oreja, o el cuello, o cualquiera otra región de su voluptuosa geografía.
La otra versión debía haber llegado con alguna de las innumerables oleadas de guiris que se hinchaban de sangría y contribuían con sus divisas a equilibrar la balanza de pagos. Decía esta historia que la caries de la la montaña se debía al aterrizaje de una nave extraterrestre que se había posado en la cima y había derretido el trozo con su pie cuadrado e incandescente. Lo del gigante estaba bien, pero lo de la nave extraterrestre también molaba. No sé si alguna vez un grupo de pirados se ha subido a la cima para esperar la llegada de nuestros hermanos de otras galaxias, pero si no lo han hecho, deberían hacerlo. Andaba yo por aquel entonces utilizando los ratos libres que me dejaban las prácticas amorosas leyendo libros esotéricos, ya sabéis, Carlos Castaneda, pirámides orientadas según el eje de la tierra, calendarios mayas que predicen al apocalipsis, viajes astrales a monasterios tibetanos y ovnis pilotados por ángeles, lo que le daba a la leyenda un interés añadido.
Fue entonces cuando decidí que quería subir a la montaña. Por diversas razones que no vienen al caso la ascensión se ha demorado treinta y dos años, pero ya se sabe que el tiempo no existe. La sensación de que pasan las horas es una fantasía para cantar boleros y un invento de los suizos, que son expertos a la hora de vender neutralidad y relojes.
LA ASCENSIÓN
El caso es que el lunes pasado subí. ¿A qué viene entonces todo el rollo anterior sobre la infancia y las novias? Pues la verdad es que no lo sé, pero a lo mejor contribuye a crear ambiente, como esas lámparas de luz indirecta, que no alumbran un carajo pero que quedan muy estilosas en un rincón del salón. Como os decía, el lunes pasado subí al Puig Campana, y es que en esta vida todo llega si uno vive lo suficiente. Sólo hay que trabajar para conseguirlo y tener buen cuidado de no morirse antes de tiempo, al menos antes de haber visto cumplidos el noventa y siete por ciento de lo sueños.
Subir una montaña siempre es una pasada. Hay montañas más altas, más bajas, más estilizadas, más chatas, en un continente o en otro, pero para mí todas son la misma montaña. Esto de subirme a lo más alto también viene de pequeño. Me subía a los árboles -y me caía como fruta madura- me subía a la azotea de mi casa, me cogía en tren de Cercedilla y me subía a la sierra. Debe ser que siempre he tenido vocación de Moisés subiendo al monte Sinaí para entrevistarse con Dios.
Las montañas, todas las montañas, son la casa de Dios, que tiene la ventaja de que como está en todas partes, también está en las cimas, en el bolsillo de la camisa y en el fondo del mar. Moisés subió, vio a Dios y al bajar cuentan que le resplandecía la cara. De lo que hablaron no se ha filtrado nada. A algunos humanos les resplandece el cuerpo después de practicar el sexo, lo que me lleva a pensar que a lo mejor Moisés subió a echar un polvo y luego se inventó todo eso de los mandamientos para justificarse ante la parienta, aunque en las Escrituras no consta que estuviera casado. El que sí lo estaba y con un mal bicho era Sócrates, pero conviene no confundir personajes de diferentes épocas y de distintas culturas.
La ascensión al Puig Campana se inicia se inicia donde a uno le dé la gana -otra de las ventajas de las montañas- y nosotros la empezamos en Finestrat, pueblo de nombre misterioso que suena a Finisterre, pero que seguramente no tiene nada que ver. En todos los pueblos hay un bar para madrugadores y montañeros. Lo encontramos, y mi hijo y yo nos comimos unas tostadas con aceite, que es un clásico de los desayunos. En el bar de al lado vimos a Inma y a sus amigos. (Entre paréntesis, después del Kilimanjaro mi hijo Juan Miguel había jurado por lo más sagrado no volver a acercarse a una pendiente de más del cinco por ciento, pero la montaña es tan adictiva que hace que se te olviden los juramentos proferidos en momentos de obnubilación). Salimos en coche hacia el lugar de encuentro y nos perdimos. Y es que los de Madrid mucho rollo de que vamos sobrados pero en cuanto nos sacan de la Cibeles no damos pie con bola. Subsanado el error gracias a la tecnología telefónica, subimos los coches en fila, aparcamos y a prepararnos. En un grupo de más de diez personas están presentes todos los comportamientos humanos. Hay quien se equipa como si fuera a participar en un programa de supervivencia en condiciones extremas y quien mete una botella de agua en una bolsa del Caprabo y hacia arriba. Hay quien cuida la estética y pasa horas conjuntando su indumentaria en Decathlon y quien sube con las botas con las que hizo la mili, una camiseta con el pato Lucas descolorido y en bañador. En la variedad está la diversión y si fuéramos todos iguales sería bastante aburrido.
El primer tramo transcurre entre pinos. Al principio las glándulas suprarenales bombean adrenalina y el aliento está intacto, así que las conversaciones y las bromas son constantes. Que si te pesa mucho una parte de tu anatomía, que me cuentes cómo pasaron el invierno los indios arapajoes, que no me enteré muy bien el otro día. Acabamos de salir y ya hay hambre, así que también se habla de parar a almorzar. La longaniza tiembla en los macutos. Por unanimidad decidimos para al pie de la Pedrera. Tras el almuerzo reiniciamos la marcha y el grupo se va disgregando. El esfuerzo obliga a ahorrar aliento y cada uno se va metiendo en sí mismo. Antes o después todos nos hacemos la pregunta fatídica: ¿Qué xxxxxxx estoy haciendo yo aquí? Cada uno sube a su ritmo, como debe ser. Vamos todos juntos pero luego cada cual establece su propia relación con la montaña y consigo mismo. Vas con los demás, pero como dijo no sé quién -creo que fue Tolstoi- hay un estado de conciencia en el que estás solo, y este estado de conciencia es el que aflora en la ascensión. La vida es atractiva por su fascinante complejidad, que al mismo tiempo es de una asombrosa simpleza, y que nadie pregunte qué quiere decir eso porque no lo sé.
En la pedrera adelantamos y somos adelantados por otros grupos. Surgen espontáneamente los guías. Si baja alguien, la pregunta es inevitable: ¿Falta mucho? Un kilómetro y medio. Vayamos a donde vayamos siempre estamos a un kilómetro y medio de nuestro destino.
“Por la derecha”. “No, por la izquierda hay menos piedra”, dicen los guías. Inútil. En una pedrera todo es piedra desprendida, así que resbalando hacia arriba. Nada que merezca la pena se consigue sin esfuerzo.
A su tiempo debido llegamos al collado y nos reagrupamos. La montaña mellada no es tal. Sólo es un efecto óptico. Y es que algunas cosas no son lo que parecen y hay que andarse con cuidado. Aún queda un rato hasta la cima y algunos remolonean, conversan, beben, comen. No parece que haya muchas ganas de continuar, así que me adelanto. El camino es mucho más suave. A la derecha, el mar, a la izquierda, las montañas. Una pasada. A un lado y al otro las formas se van difuminando en una escala de azules. Esto es algo que no se ve tumbado en el sofá de casa o sentado en el Pans&Company del centro comercial. La senda sube suavemente por la solana hasta la cima, que está ocupada por grupos de montañeros que hablan raro. Son los guiris. Da igual. Siempre que llego arriba soy el primer ser humano que ha llegado y mis ojos son los primeros que contemplan el paisaje. Abajo está Calpe, Altea, Benidorm, La Vila. Los pueblos costeros de mi infancia y adolescencia vistos desde arriba. Me como el bocadillo de tortilla mientras miro a derecha e izquierda buscando inconscientemente un despegue para el parapente. Ése es otro de mis sueños. Subir caminando y bajar volando. Todo se andará y se volará. Llegan los demás y volvemos a comer. Es una comida espectáculo pues alguien hace un striptease parcial, y ya se sabe que el erotismo está en la intermitencia.
No hay mucha sobremesa. Los días son cortos y hay que bajar antes que se haga de noche. La senda de la umbría es una pasada. Atravesamos la zona incendiada que empieza a regenerarse y llegamos al coche. El cuerpo cansado y el espíritu limpio. El Puig-campana es historia. La mejor montaña siempre es la próxima.
Puig Campana
Un altre dia inoblidable amb la companyia de nous integrants: Lola, Lola, Elvira, Xema i Vicent.
L'eixida va ser des del poble de Finestrat, on quedaren a les 9:00 del matí. Tots puntuals? Allí ens esperaven Juanjo, Juanmi i Maite. Després d'aparcar correctament els respectius cotxes, no sense dificultats per a alguns, iniciarem la caminada direcció a la pedrera del Puig Campana. Menció especial per als "tres de la paella" (tenda de campanya de forma circular que pretenien pujar fins el cim) No sabem si arribaren fins a dalt, no per la tenda sinó per les discrepàncies entre ells en els primers 50 metres de pujada.
A poc a poc, anem pujant per la pedrera i després de 40 minuts, parem a pegar un mosset, què dic un mosset! vi, ametlletes, llet, ron, llonganissa, suc de pera, xolec, cafè... i com no, el nou bikini negre de Lola front els ulls espectants de Vicent, tot gràcies al grup de córrer d'Inma.
Matissem, com diu Alfredo, que hi ha qui pensa que una "corrida benéfica" és un p. gratis...
Després de l'habitual acollono del senyor Toño "vull que pugeu sense parar, ni rexistar fins el collat" i la corresponent cara d'espant d'Elvira i Lola, tots iniciarem la marxa.
Per allò de les conjuncions disjuntives/copulatives, Maite decideix tirar del grup, encapçalant la pujada fins més enllà del collat. Com va sobrada de forces!! El pobre Alfred la segueix sense no poques dificultats "jo, jo intentava frenar-la, però no podia..." Aquest fet provocà que Alfred no alçara el cap en la resta del dia.
Poquet a poquet anàrem arribant la resta dels integrants del grup, tancant l'expedició Toño, que no va deixar que Lola i Elvira dinaren en el collat, doncs la tornada no es faria per allí (jejeje). Però sí aprofitaren per a menjar-se tres plàtans, front a la cara de sorpresa de Vicent, que no va dubtar en menjar-ne un.
A les 13:20 férem cim amb molta companyia, i començarem de nou a jalar: ron amb coca-cola, vinet, papetes, olivetes, cacauets...
Sona el telèfon: ESTHER!, que crida des de Bancaixa preocupada per si tots estem bé. La informem de que a la nit la compensarem per no haver pogut vindre.
A les 14:30 despertem a Juanjo i Alfredo i comencem el descens.
Vicent vol pixar i demana ajuda perquè té les mans gelades, però no penseu que li demana l'ajuda a Xema o Juanjo, sinó a alguna de les fèmines acompanyants que li ofereixen uns guants per a escalfar-se.
Toño decideix pixar ell solet, aventurant-se en el bosc, seguit de tot el grup "ei! que feu ací? que vaig a pixar" El grup retrocedeix per reprendre el camí de baixada.
La baixada es fa lenta i Toño, que torna a encapçalar l'expedició, demana a una xica que puja que li diga al "amariconao que va l'últim que espavile i aprete un poc" Sembla que la xica no ha donat correctament el missatge "Diu el amariconao que va el primer que espavileu un poquet".
Després d'alguna errada en la direcció del GPS, decidim anar per l'esquerra, on trobem un petit refugi que és explorat per Xema, Toño, Maite i Julio, el qual, habilidosament, va eixir deixant a la resta tancats (què va passar allí dins? s'utilitzaren conjuncions disjuntives o copulatives???).Vicent, per si es perdia alguna cosa, va obrir ràpidament.
Quan falta? preguntava Lola. Quilòmetre i mig, responia Alfredo, el qual, al acabament de l'etapa, no recordava res de la baixada (sols lo forta que està Maite)
A les 17:20 arribarem als vehicles, temps just per dir adéu en la maneta a Juanjo i Juanmi.
No perdonarem la foto final ni la cerveseta en el bar de Finestrat, on Vicent ens va deleitar amb algun que altre xiste.
Dos rondes d’acomiadaments, amb besets i abraçades donaren per finalitzada l'eixida.
Com sempre, un dia inoblidable.
P.D. Alguns quedarem per a sopar. El que va passar després és un meló que ja encetarem un altre dia...
jueves, 5 de noviembre de 2009
Carros de Foc 2009
Per a que el blog del Grup Abba-Preparats estiga més complet penge el diari i les fotos.
PROTAGONISTAS:
- Alfredo Albors
- Toño Arias
- Esther Ballester
- Josep Berbegall
- Juanjo Cabedo
- Inma Castelló
- Julio Martinez
- Julia Pascual
- Maite Villar
PRÓLOGO
Esta aventura nace a principios de 2009, y se realiza con éxito en agosto del mismo año.
El llevar a cabo un resumen de toda la historia de este maravilloso viaje a las entrañas de los Pirineos, surge la primera noche en el refugio de Amitges tras paladear un buenísimo vino que nos sirvieron en la cena.
Voy a intentar ser lo más veraz y realista posible. Espero perdonéis mis lagunas y los posibles cambios en la ruta... han sido unos días muy intensos. Todo lo que a continuación narraré está escrito desde el más profundo cariño hacia todos y espero que os sirva para contárselo a vuestros nietos... a mí desde luego sí.
Gracias por dejarme entrar en esta aventura, en vuestras vidas y por dejarme escribir esta especie de libro de viaje, que me va a servir como realización personal... aquello de tener un hijo, plantar un árbol...
AGRADECIMIENTOS
En primer lugar quiero agradecer a todos y cada uno de los protagonistas de esta aventura, para mí ha sido una experiencia única que ha sacado lo peor y lo mejor de mí. También quisiera nombrar como artistas invitados que han ido apareciendo a lo largo del camino a "la Montse y su silenciosa familia", a "la tribu de los arapajoes, sección pacífica de los sioux de la región de Montana estado de Ohio", al "tío Sebastià", a "Pep el mut", a "Pep el sort", y tantos otros que seguro se me olvidan.
CAPITULO 1
24 de agosto de 2009. San Bertomeu.
Recorrido Valencia- Ernest Mallafré- Amitges.
Iniciamos la aventura. Habíamos quedado a las 06,00 horas, delante de la puerta de nuestro "patrocinador" (Decathlon).
Hay ganas, ya que todos estamos muy puntuales, incluso el tardón de Josep.
Con la ayuda de los super GPS, rutómetro y demás artilugios que domina a la perfección Julio, hemos llegado sin pérdida, y sin no pocos sobresaltos, debido a infinitos pitidos del GPS para evitar los radares, a Tárrega, donde hemos almorzado en un curioso local con un "acis" por camarero.
Muy contentos por llenar la barriga, preguntamos qué hay para almorzar y Alfredo dice: "hi ha de tot".
Pero cuando llega el camarero, sólo quedaba un croisant de chocolate, que rápidamente se pilla Julia, y tortillas. Al preguntar de qué era la tortilla, el agudo camarero contesta: "de huevo".
Como el camarero parece enrollado, le pedimos que nos haga una foto, y mira por donde le trae gratos recuerdos de cuando él iba a la ¿discoteca?, nos coloca a todos y nos dice que digamos "petisuis".
En general, todos contentos volvemos a los coches.
A pesar de toda la tecnología anteriormente descrita, nos hemos perdido en una ocasión, lo cual ha provocado un giro de 360º, ante la cara de sorpresa de Josep: "se fugan con la pasta" o "tienen un apretón" esto último lo entenderemos en el capítulo del último refugio. Pero con la colaboración de todos y abriendo bien los ojos para buscar las distintas L-1412B- L-1412- C-13 seguimos el camino.
Alfredo nos ameniza el camino con numerosos chistes, conocemos geografía como el pueblo " reduzca", notas de sociedad " la Montse y su callada familia"...
En fin, ya parece que llegamos ISONA-TREMP y SORT, con su bruja de la suerte.
Todos : " qué, comprem loteria?", " uff, massa gent", "ja pararem al tornar o la comprem per internet".
Ya estamos en el alto Pirineo, Alfredo nos relata todos los campings por los que ha estado y las actividades que ha realizado tanto él como su familia, raffting, speed noseque,..."ací no hi ha desperdici".
Llegamos a Spot, Toño casi rompe el coche con un bache pero logramos aparcar. Y por fin, conocemos al miembro del grupo que faltaba, Juanjo "el de Madrid". Le precede su fama de montañero, ya que viene de hacer cumbre en el Kilimanjaro.
Una avanzadilla realiza un exhaustivo sondeo de bares, y decidimos comer en la terraza de un restaurante atendido nuevamente por una "acis", esta vez del este de Europa. A diferencia del almuerzo la gente se ha quejado de la calidad, carne fría...
Tras la comida, a por las "mochilitas" y al taxi que nos sube al Parque Nacional de Aigües Tortes.
Bajamos del taxi y tomamos dirección al primer refugio Ernest Mallafré, a por todo el papeleo, los forfaits que nos tienen que sellar en cada refugio,...Los encargados de los forfaits no los revisan y queda uno sin sellar,... ¿Para quién será?
Comenzamos a subir hasta el refugio donde dormiremos Amitges.
Hemos pasado por numerosos riachuelos, hemos comido frambuesas, arándanos... Llegamos a una cascada impresionante, " la gran cascada", pero tras mucho buscar el jefe indio no estaba.
Tras una subida "light" según algunos, llegamos al refugio de Amitges, y comienza el stress. A toda mecha a quitarse las mochilas y a por las bandejas con los objetos personales, siguiente paso las "ducha expres". Nota: mejor que no tengas a Toño esperando en la ducha, ya que sales tan deprisa que pierdes la noción del tiempo-espacio, llegando a olvidar la situación del dormitorio y a salir con una toalla en busca del solarium.
Es en este refugio donde nos comentan que existen dos modalidades de recorrido, el "open", en el cual participamos, y otro denominado "cursa-kiki-carros" (pasando por los nueve refugios y un kiki en cada ducha, esté el agua fría o caliente).
Esto nos lo han explicado, después de presenciar cierta conducta sospechosa en una de las duchas.
Hemos cenado de categoría, sopa de espárragos (dos o tres tazones), ensalada de pasta a go-gó y pollo encebollado con ciruelas pasas. De postre fruta.
Después de esta "jartá" de comida y pensando en la ruta de mañana, el profesor Arias, nos ha hecho una extensa charla, que ha abierto el debate:
* GLUCOSA ¿si o no?
* El ISOSTAR: ese enorme desconocido
* Fruta después de las comidas? nooooo?
La profesora Maite optando por la medicina oriental nos recomienda el "xin-xec", que vale tanto para la modalidad open como para la "cursa-kiki-carros".
El resto de comparecientes comentan distintas experiencias con las reglas de ortografía:
- horchata----orcata
- arcen--------cuneta
- viernes------martes.....
Sigue la tertulia con algunas ausencias puntuales de compañeros que han ido a ver la luz, y nos cuentan que han oído truenos en el trono de al lado. Cineforum...comentarios varios...
Las caras nos indican que esto se está acabando y nos vamos a dormir (bostezos cada 3 minutos, silencios...)
Ya en el dormitorio cada uno en su saco sábana, con su frontal, es la primera noche, pastillita y a dormir. Nota: algunos dicen a ver visto a la niña de Poltergeist.
CAPITULO 2
25 de agosto de 2009
Recorrido Amitges- Saboredo- Colomers- Restanca.
Salimos del refugio con el equipo de lluvia, ya que según todos los pronósticos sabíamos que iba a llover y ya hacía rato que no paraba.
En fin, iniciamos la ruta cada cual protegiéndose del tiempo como puede, tenemos de todos los estilos, dos "jovencitos frankenstein", pantalones impermeables no transpirables, otros transpirables y hasta el modelo paseando bajo la lluvia con paraguas.
Subiendo y bajando sendas interminables, pero amenizadas por grandes humoristas llegamos a Saboredo. Un refugio muy pequeño con el aseo fuera, y con el water roto, había que usar el balde o cubo.
Sellamos los forfaits, y comentamos con un trío que había allí, lleno de ampollas en los pies, la ruta que haremos mañana... "el Contraix". Uno de los chicos estaba hecho polvo, quemado, labios partidos, superampollas..., pero según dijo Alfredo: " estos no están preparats".
Buscamos el camino al siguiente refugio, Colomers. Como el GPS no lo tenía claro o porque a Toño le pareció buen momento para hacer amigos, le preguntó a un lugareño la dirección correcta del refugio. Resultó ser un nuevo "acis" de la montaña que no sólo le indicó el camino correcto, sino que le enseñó el saludo montañés.
Seguimos hasta Colomers siempre bajo la lluvia. En este refugio comimos en 2 minutos, y Maite decidió volver a casa.
Al salir del refugio iniciamos una megasubida. Desde arriba Toño divisó que Esther estaba un poco "grogui", y raudo y veloz bajó para quitarle peso de la mochila, descubriendo el alijo de barritas, glucosa,.... También con gran autoridad hizo que se quitara la "chaka" y los pantalones impermeables. Josep que lo había intentado desde que salimos del refugio, solo pudo decir: "así me gusta marcando curvas femeninas".
Después de la subida, por supuesto otra bajada, todo repleto de preciosos lagos.
Por fin el refugio de Restanca, aunque son las 20,00 horas.
Por si no habíamos caminado bastante, las habitaciones estaban en el 2º piso y no había ascensor.
Otra vez la cajita con los objetos personales y arriba y abajo, comedor, dormitorios, ducha,....
Una chica muy amable nos dice que no hay problema, nos va a preparar la cena y tenemos un cuarto para nosotros, y que al día siguiente nos dejará preparado el desayuno y los pic-nics.
Pero después de la ducha y la cena, la chica agradable se había convertido en un tipo que no tenía muchas ganas de colaborar. Bueno, hay que entenderlo, según él estaba intentando cenar, prepando la cena a un grupo de Antella que acababan de llegar, le faltaban 15 minutos para que apagaran la luz y encima nosotros,.. y claro todos sabemos que no hay ni un solo hombre que pueda hacer dos cosas a la vez. Menos mal que la chica reapareció y nos dió los pic-nics que ya estaban hasta preparados. Menudo pic-nic, un trozo de fuet con piel y moho, 2 trozos de pan, una sopa-ensalada made in Francia, 2 caramelos y una barrita, (menos mal que nos dan barrita, que no nos quedaban, je je).
Nos vamos a dormir, hoy más cansados. Cuando ya estamos a punto de dormir, entran los de Antella. En el segundo intento de dormir, Julio nos hizo un streptease, ya que tenía mucho calor. Pero como no conseguía bajar su calentón comienza con Inma, el debate de abrir la ventana o la puerta.
Por fin se acuerda abrir la puerta y logramos dormir un poco. Julio ya cogió el sueño y nos deleitó con una serenata con el trío de Antella.
CAPITULO 3
26 de agosto de 2009.
Recorrido Restanca- Ventosa i Calvell y Estany LLong.
Según todas las previsiones, ésta iba a ser la ruta más dura y por eso salimos pronto del refugio. Deshacemos parte del camino andado el día anterior, y llegamos a Ventosa, donde almorzamos al lado de una fuente. Allí estaban también los de Antella. No nos dejan pasar al aseo porque lo están limpiando.
Reanudamos el camino hacia "la gran pedrera" del Contraix. La pedrera incluía piedras grandes, piedras pequeñas, neveros, grava, gravilla, tierras varias...
Nuevamente Antonio hace su obra de caridad diaria y carga con la mochila de Julia.
Se produce una división en el grupo, Juanjo opta por ir delante para buscar cobertura y hacer una llamada. La pedrera está llena de hitos y un grupo formado por Julia, Inma y Julio deciden subir por la parte derecha, que parece "montañosa". El resto optamos por saltar de piedra en piedra para poder ir a un nevero.
Al fin la fuerte subida y ya estamos en la cumbre donde nos encontramos con los otros catalanes.
Entre chistes y piedras comenzamos a bajar. Julio localiza una piedra que se movía y decide lanzarla y fue rodando hasta abajo.
Seguimos bajando y nos encontramos con otro nevero, en el cual Toño se divirtió esquiando. Alfredo y Esther siguieron sus pasos y también esquiaron.
Como se hacía muy tarde, Julio decidió adelantarse para que nos reservaran las habitaciones y como iba corriendo se enganchó con un árbol y al desequilibrarse cayó al suelo.
Inma seguía los pasos de Juanjo y llegaron de los primeros.
Julia y Toño decidieron ir de la mano hasta el refugio. Alfredo también ayudó a Esther en esta tremenda bajada.
En el transcurso del camino nos encontramos con Josep, que se unió al grupo.
Nos quedaba aún un buen tramo, aproximadamente 1,5 km.
El cansancio hace mella y vemos espejismos, dos o tres veces divisamos el refugio. Cae la noche pero nosotros sin frontal, así es más aventura. Vemos un cartel que anuncia que el refugio está a 5 horas!!!, uff... no es el nuestro.
Casi noche cerrada, iniciamos una pendiente muy empinada entre unos árboles que nos llevan a una pista. De nuevo vemos unas luces, "ya está ahí el refugio", "uy las luces se mueven", "será que vienen a recibirnos", pero no, se trataba de un grupo que iba a dormir al refugio de la centralita que acabábamos de pasar.
Julia, a la luz de la luna, detecta que se les ha caído algo y Toño como Santo Tomás quiso tocarlo con el dedo, pero era algo que se les había caído a ellos, sino a alguna vaca.
Ya llegamos al refugio y como era muy tarde nos habían guardado la cena, pero no las camas. Así que nos habían preparado unas colchonetas en el comedor.
Juanjo ya se había ofrecido para dormir en el comedor y sin pestañear Toño, Alfredo y Esther aceptaron también. Se hicieron dos zonas, no roncadores, Juanjo, Toño y Esther y roncadores Alfredo, aunque esta noche no roncó, según él por el olor de la comida que tenía al lado.
Los catalanes llegaron aún más tarde que nosotros y no quisieron cenar. Durmieron en el refugio de la centralita.
Otras curiosidades del día fueron las visiones de distinta fauna de la zona, Inma vio un ciervo y Julia vio una rabosa.
Nota para próximos viajes:
- Llevar mucha vaselina y dejar en casa el repelente de mosquitos.
Algunos cuando oyen la palabra vaselina responden "jo escuraré", pero como diría Alfredo "eixe meló l'ensetarem un altre día”.
CAPITULO 4
27 de agosto de 2009
Recorrido Estany Llong - Colomina.
La jornada de hoy se presenta como un paseo después de las dos anteriores, por ello desayunamos tranquilamente, hacemos la consiguiente cola en el lavabo ya que sólo había uno, y sin ducharnos salimos a las 8,45 horas.
Comenzamos un ascenso y como ya estábamos en el cuarto día, alguien le recuerda a Alfredo que nos tiene que contar un famoso chiste de unos indios. Decide contarlo Toño. El chiste dura casi una hora y nos hace subir sin darnos cuenta. Juanjo decide alejarse un poco como medida profiláctica. El chiste trata de los indios arapajoes, sección no violenta de los siux de la región de Montana estado de Ohio, de cómo muere el jefe indio y toma posesión su hijo "Goma rota", el cual había estudiado en la mejor universidad, pero no había aprendido nada de meteorología. Cada miércoles se reunían los distintos jefes, y el jefe de medioambiente le preguntaba sobre el tiempo que hará en invierno y el jefe "Goma rota," previa llamada al departamento de meteorología de Houston, les iba contestando. Iban recogiendo leña, al principio poca y luego cada vez más porque en Houston cada vez empeoraba el clima. Al final, se descubrió que Houston se guiaba según los satélites y también según la leña que recogían los arapajoes. Después de este extenso chiste, no se sabe muy bien si por lo largo del chiste, la altura alcanzada o el esfuerzo realizado, Toño hizo un resumen para quien necesitó alguna explicación adicional.
Nos volvimos a encontrar con los de Antella, que nos adelantaron mientras nosotros estábamos almorzando, ellos terminaban hoy.
Los catalanes se retiran, no sabemos muy bien la causa, porque no cenaron, porque no durmieron en el refugio, o por lo que sea.
Comemos cerca de un lago en el cual nos refrescamos los pies.
En la ruta encontramos una trampilla, que cada uno dejó a su imaginación cuál sería su cometido, "cuenta personas", "te hace una foto", "te manda al inicio del recorrido".
No encontramos con una pequeña red de ferrocarril y mucha gente pasando la tarde. Esta red de ferrocarril se utilizaba para la construcción de la intercomunicación de los lagos de la zona, según nos contó el padre de un niño llamado Viel que cenaron con nosotros en el refugio de Colomina.
En esta zona probamos si hay cobertura y bingo, podemos usar el móvil después de dos días. Ya habíamos visto el refugio, así que algunos decidimos parar para poner al día a la familia y amigos.
Llegamos al refugio Colomina, un refugio muy acogedor y comenzamos las tareas, arreglo de mochila, ducha, cajita con objetos personales,...
Como Toño no había llamado por el móvil, llegó el primero y cogió la llave de las duchas y nos explicó el funcionamiento.
Toño fue el primero y mientras el resto esperábamos nuestro turno, comenzó a llegar un pestazo procedente del aseo, algo inhumano. Alfredo intentó ventilar aquello abriendo no la ventana sino una puerta y ni con esas. ¿Quién sería el autor de tan fétido olor? ¿Quién estaba tan callado y concentrado en el vater?...
El ambiente estaba tan cargado que Toño, no sabemos si mareado por tal grado de metano o tentado por las voces de las chicas, salió de la ducha envuelto en su toalla jamonera, haciendo un paseillo y posando.
Puntualizar que el ambiente se contaminó de tal manera, que el pestazo llegó hasta el primer piso del refugio.
Poco a poco el grupo se fue aseando. Juanjo estuvo descansando y leyendo, Josep optó por una sesión de masaje a 4 manos, como pago a sus ya famosos masajes de pies, que fue la envidia de alguna vasca que se asomó al cuarto.
En el comedor corría la cerveza ya antes de la cena a la salud del señor Berbegall, Josep para los amigos.
La cena como en anteriores ocasiones contaba con sopa, ensalada y carne (de nuevo lomo), pero esta vez tenía un toque exótico de postre, mousse de limón.
Durante la cena más cerveza y más vino, lo cual nos hizo entrar en calor.
Entre chistes de vascos, con las miradas de los que estaban cenando a nuestro lado, y otros comentarios pasamos la velada.
Durante la cena el profesor Toño nos deleitó con una de sus famosas charlas que dio paso al debate:
- Móvil si o no? Dejar el móvil fuera de la mochila?
Decidimos salir para ver eso de la Luna y Marte y bajar un poco el calor del vino.
Lo del planeta no lo vimos, pero tuvimos un nuevo hallazgo, el profesor Toño que nos había dejado clara su posición en contra del móvil, estaba hablando con un celular.
Nos estuvimos riendo un rato con los frontales y algunas tonterías más y ya decidimos ir a dormir.
La fiesta siguió en el dormitorio, hasta las 22.00 horas en punto, cuando se oyó una voz de ultratumba que sólo dijo "si us plau". Que equivocado estaba al creer que iba a descansar, ahora empezaba el "after hours" y el de esta noche fue un especial fin de fiesta, un trío a cual de todos mejor, la soprano, el barítono y el tenor.
En fin con la pastillita intentamos descansar.
CAPITULO 5
28 de agosto de 2009
Recorrido Colomina- J.M. Blanch y Ernest Mallafré.
El recorrido de hoy no tenía gran dificultad pero teníamos sobre nosotros algo peor, el tiempo. El estrés no podía faltar en esta última jornada, ¿Llegaríamos a tiempo al taxi que nos bajaba a Spot?
Hoy era el día en el que participan los que quieren hacer el recorrido en 24 horas, y nos encontramos con varios corredores durante la ruta.
Salimos temprano y a la carrera. Ya no recuerdo si fue subida o bajada. Esta jornada escondía un nuevo reto para dos participantes Julia y Esther. Se les proporcionaría un GPS, un altímetro y un plano, y tendrían que ser capaces de encontrar una línea roja a 2.700 m. de altitud, donde esperarían al resto de expedición que irían al refugio de J.M.Blanch.
Con estas variables, en la bifurcación del camino, comienza cada equipo su misión. Los dos equipos lograron sus propósitos. El equipo de Julia y Esther, no encontraron la línea roja, aunque preguntaron a una pareja que pasaba por allí, pero lograron hacer casi cima en el Montardo y encontrar el camino de bajada.
Después de una bajada de no te menees, y no quiero acordarme de cuantas horas de caminata, encontramos "el lugar perfecto para comer".
Tras cargar las pilas seguimos el recorrido con otros ánimos, ya estábamos prácticamente en el refugio. Comimos frambuesas, y disfrutamos de un paisaje precioso, con una frondosa vegetación.
Ya vemos el refugio, subidón de alegría, todos abrazados y "saltando", y cómo no unas cervezas para celebrar que lo hemos conseguido.
Y nos había sobrado tiempo.
Buscamos un taxi y nos baja a Spot. La conductora, muy al estilo montañés trepa por el Land Rover y carga las mochilas en el techo del vehículo. Vamos subiendo en el taxi y bajamos todas las ventanillas ya que el ambiente estaba un poco cargado.
Ya en Spot cogemos los coches y nos dirigimos a Rialp donde vamos al hotel donde nos espera el "jacuzzi". Al llegar al hotel nos dicen que no hay "jacuzzi" pero que hay piscina climatizada y sauna. Pues vale, lo probaremos todo. Nos reparten en distintas habitaciones y ya cada cual hace lo que buenamente puede o quiere.
A las 20,30 horas quedamos en la cafetería del hotel para tomar una cerveza, estamos tan aseaditos que casi no nos conocemos.
Seguidamente pasamos al restaurante-buffet, donde nos esperan grandes manjares como hamburguesas, spaghettis, patatas fritas, pizza, y toda clase de ensaladas. Hoy Juanjo se iba a poner las botas, los vegetarianos comen algo más que queso.
Como todas las noches que cenamos a una hora prudente, tenemos alguna lección, esta vez a cargo de los profesores Inma y Josep, y trata de "la elección del vino".
Tras que nos mostraran algunas botellas, ya que no había carta, eligieron un vino con señorio y de buen paladar.
Después de varios viajes al buffet, algunos ya se hicieron amigos del que preparaba los burguers, nos adentramos en la zona de los postres. Y a pesar de estar cansados, reventados y con sueño, había que amortizar las instalaciones y nos dirigimos a la disco.
Menudo ambiente!, la noche prometía, en el centro de la pista una niña de 3 años, los padres mirando desde unas sillas, y otros cuatro niños dando saltos. Pero poco a poco nos fuimos haciendo con el local, y todo cambio cuando nos convertimos en go-gós improvisados. Alfredo y Antonio, los reyes de los saltos por las piedras, recibieron la ayuda de sus pupilas de montaña, "necesiteu ajuda, doneu-nos la maneta".
Se podían pedir canciones, así que en honor al rey del baile de salón pedimos un pasodoble. La cosa mejoró con un rock'n'roll y con Coyote dach. A las 23,00 horas cerraban la disco y como estábamos tan animados la pinchadiscos nos recomendó varios locales del pueblo.
La gente ya no aguantaba más y se fue retirando a las habitaciones.
Terminamos en un local del pueblo Josep, Inma y la que lo cuenta y dejaré a vuestra imaginación lo que tomamos en aquel lugar.
Con esto se termina el relato de estos días que quedarán para siempre en la memoria y el corazón de todos.
FIN
PROTAGONISTAS:
- Alfredo Albors
- Toño Arias
- Esther Ballester
- Josep Berbegall
- Juanjo Cabedo
- Inma Castelló
- Julio Martinez
- Julia Pascual
- Maite Villar
PRÓLOGO
Esta aventura nace a principios de 2009, y se realiza con éxito en agosto del mismo año.
El llevar a cabo un resumen de toda la historia de este maravilloso viaje a las entrañas de los Pirineos, surge la primera noche en el refugio de Amitges tras paladear un buenísimo vino que nos sirvieron en la cena.
Voy a intentar ser lo más veraz y realista posible. Espero perdonéis mis lagunas y los posibles cambios en la ruta... han sido unos días muy intensos. Todo lo que a continuación narraré está escrito desde el más profundo cariño hacia todos y espero que os sirva para contárselo a vuestros nietos... a mí desde luego sí.
Gracias por dejarme entrar en esta aventura, en vuestras vidas y por dejarme escribir esta especie de libro de viaje, que me va a servir como realización personal... aquello de tener un hijo, plantar un árbol...
AGRADECIMIENTOS
En primer lugar quiero agradecer a todos y cada uno de los protagonistas de esta aventura, para mí ha sido una experiencia única que ha sacado lo peor y lo mejor de mí. También quisiera nombrar como artistas invitados que han ido apareciendo a lo largo del camino a "la Montse y su silenciosa familia", a "la tribu de los arapajoes, sección pacífica de los sioux de la región de Montana estado de Ohio", al "tío Sebastià", a "Pep el mut", a "Pep el sort", y tantos otros que seguro se me olvidan.
CAPITULO 1
24 de agosto de 2009. San Bertomeu.
Recorrido Valencia- Ernest Mallafré- Amitges.
Iniciamos la aventura. Habíamos quedado a las 06,00 horas, delante de la puerta de nuestro "patrocinador" (Decathlon).
Hay ganas, ya que todos estamos muy puntuales, incluso el tardón de Josep.
Con la ayuda de los super GPS, rutómetro y demás artilugios que domina a la perfección Julio, hemos llegado sin pérdida, y sin no pocos sobresaltos, debido a infinitos pitidos del GPS para evitar los radares, a Tárrega, donde hemos almorzado en un curioso local con un "acis" por camarero.
Muy contentos por llenar la barriga, preguntamos qué hay para almorzar y Alfredo dice: "hi ha de tot".
Pero cuando llega el camarero, sólo quedaba un croisant de chocolate, que rápidamente se pilla Julia, y tortillas. Al preguntar de qué era la tortilla, el agudo camarero contesta: "de huevo".
Como el camarero parece enrollado, le pedimos que nos haga una foto, y mira por donde le trae gratos recuerdos de cuando él iba a la ¿discoteca?, nos coloca a todos y nos dice que digamos "petisuis".
En general, todos contentos volvemos a los coches.
A pesar de toda la tecnología anteriormente descrita, nos hemos perdido en una ocasión, lo cual ha provocado un giro de 360º, ante la cara de sorpresa de Josep: "se fugan con la pasta" o "tienen un apretón" esto último lo entenderemos en el capítulo del último refugio. Pero con la colaboración de todos y abriendo bien los ojos para buscar las distintas L-1412B- L-1412- C-13 seguimos el camino.
Alfredo nos ameniza el camino con numerosos chistes, conocemos geografía como el pueblo " reduzca", notas de sociedad " la Montse y su callada familia"...
En fin, ya parece que llegamos ISONA-TREMP y SORT, con su bruja de la suerte.
Todos : " qué, comprem loteria?", " uff, massa gent", "ja pararem al tornar o la comprem per internet".
Ya estamos en el alto Pirineo, Alfredo nos relata todos los campings por los que ha estado y las actividades que ha realizado tanto él como su familia, raffting, speed noseque,..."ací no hi ha desperdici".
Llegamos a Spot, Toño casi rompe el coche con un bache pero logramos aparcar. Y por fin, conocemos al miembro del grupo que faltaba, Juanjo "el de Madrid". Le precede su fama de montañero, ya que viene de hacer cumbre en el Kilimanjaro.
Una avanzadilla realiza un exhaustivo sondeo de bares, y decidimos comer en la terraza de un restaurante atendido nuevamente por una "acis", esta vez del este de Europa. A diferencia del almuerzo la gente se ha quejado de la calidad, carne fría...
Tras la comida, a por las "mochilitas" y al taxi que nos sube al Parque Nacional de Aigües Tortes.
Bajamos del taxi y tomamos dirección al primer refugio Ernest Mallafré, a por todo el papeleo, los forfaits que nos tienen que sellar en cada refugio,...Los encargados de los forfaits no los revisan y queda uno sin sellar,... ¿Para quién será?
Comenzamos a subir hasta el refugio donde dormiremos Amitges.
Hemos pasado por numerosos riachuelos, hemos comido frambuesas, arándanos... Llegamos a una cascada impresionante, " la gran cascada", pero tras mucho buscar el jefe indio no estaba.
Tras una subida "light" según algunos, llegamos al refugio de Amitges, y comienza el stress. A toda mecha a quitarse las mochilas y a por las bandejas con los objetos personales, siguiente paso las "ducha expres". Nota: mejor que no tengas a Toño esperando en la ducha, ya que sales tan deprisa que pierdes la noción del tiempo-espacio, llegando a olvidar la situación del dormitorio y a salir con una toalla en busca del solarium.
Es en este refugio donde nos comentan que existen dos modalidades de recorrido, el "open", en el cual participamos, y otro denominado "cursa-kiki-carros" (pasando por los nueve refugios y un kiki en cada ducha, esté el agua fría o caliente).
Esto nos lo han explicado, después de presenciar cierta conducta sospechosa en una de las duchas.
Hemos cenado de categoría, sopa de espárragos (dos o tres tazones), ensalada de pasta a go-gó y pollo encebollado con ciruelas pasas. De postre fruta.
Después de esta "jartá" de comida y pensando en la ruta de mañana, el profesor Arias, nos ha hecho una extensa charla, que ha abierto el debate:
* GLUCOSA ¿si o no?
* El ISOSTAR: ese enorme desconocido
* Fruta después de las comidas? nooooo?
La profesora Maite optando por la medicina oriental nos recomienda el "xin-xec", que vale tanto para la modalidad open como para la "cursa-kiki-carros".
El resto de comparecientes comentan distintas experiencias con las reglas de ortografía:
- horchata----orcata
- arcen--------cuneta
- viernes------martes.....
Sigue la tertulia con algunas ausencias puntuales de compañeros que han ido a ver la luz, y nos cuentan que han oído truenos en el trono de al lado. Cineforum...comentarios varios...
Las caras nos indican que esto se está acabando y nos vamos a dormir (bostezos cada 3 minutos, silencios...)
Ya en el dormitorio cada uno en su saco sábana, con su frontal, es la primera noche, pastillita y a dormir. Nota: algunos dicen a ver visto a la niña de Poltergeist.
CAPITULO 2
25 de agosto de 2009
Recorrido Amitges- Saboredo- Colomers- Restanca.
Salimos del refugio con el equipo de lluvia, ya que según todos los pronósticos sabíamos que iba a llover y ya hacía rato que no paraba.
En fin, iniciamos la ruta cada cual protegiéndose del tiempo como puede, tenemos de todos los estilos, dos "jovencitos frankenstein", pantalones impermeables no transpirables, otros transpirables y hasta el modelo paseando bajo la lluvia con paraguas.
Subiendo y bajando sendas interminables, pero amenizadas por grandes humoristas llegamos a Saboredo. Un refugio muy pequeño con el aseo fuera, y con el water roto, había que usar el balde o cubo.
Sellamos los forfaits, y comentamos con un trío que había allí, lleno de ampollas en los pies, la ruta que haremos mañana... "el Contraix". Uno de los chicos estaba hecho polvo, quemado, labios partidos, superampollas..., pero según dijo Alfredo: " estos no están preparats".
Buscamos el camino al siguiente refugio, Colomers. Como el GPS no lo tenía claro o porque a Toño le pareció buen momento para hacer amigos, le preguntó a un lugareño la dirección correcta del refugio. Resultó ser un nuevo "acis" de la montaña que no sólo le indicó el camino correcto, sino que le enseñó el saludo montañés.
Seguimos hasta Colomers siempre bajo la lluvia. En este refugio comimos en 2 minutos, y Maite decidió volver a casa.
Al salir del refugio iniciamos una megasubida. Desde arriba Toño divisó que Esther estaba un poco "grogui", y raudo y veloz bajó para quitarle peso de la mochila, descubriendo el alijo de barritas, glucosa,.... También con gran autoridad hizo que se quitara la "chaka" y los pantalones impermeables. Josep que lo había intentado desde que salimos del refugio, solo pudo decir: "así me gusta marcando curvas femeninas".
Después de la subida, por supuesto otra bajada, todo repleto de preciosos lagos.
Por fin el refugio de Restanca, aunque son las 20,00 horas.
Por si no habíamos caminado bastante, las habitaciones estaban en el 2º piso y no había ascensor.
Otra vez la cajita con los objetos personales y arriba y abajo, comedor, dormitorios, ducha,....
Una chica muy amable nos dice que no hay problema, nos va a preparar la cena y tenemos un cuarto para nosotros, y que al día siguiente nos dejará preparado el desayuno y los pic-nics.
Pero después de la ducha y la cena, la chica agradable se había convertido en un tipo que no tenía muchas ganas de colaborar. Bueno, hay que entenderlo, según él estaba intentando cenar, prepando la cena a un grupo de Antella que acababan de llegar, le faltaban 15 minutos para que apagaran la luz y encima nosotros,.. y claro todos sabemos que no hay ni un solo hombre que pueda hacer dos cosas a la vez. Menos mal que la chica reapareció y nos dió los pic-nics que ya estaban hasta preparados. Menudo pic-nic, un trozo de fuet con piel y moho, 2 trozos de pan, una sopa-ensalada made in Francia, 2 caramelos y una barrita, (menos mal que nos dan barrita, que no nos quedaban, je je).
Nos vamos a dormir, hoy más cansados. Cuando ya estamos a punto de dormir, entran los de Antella. En el segundo intento de dormir, Julio nos hizo un streptease, ya que tenía mucho calor. Pero como no conseguía bajar su calentón comienza con Inma, el debate de abrir la ventana o la puerta.
Por fin se acuerda abrir la puerta y logramos dormir un poco. Julio ya cogió el sueño y nos deleitó con una serenata con el trío de Antella.
CAPITULO 3
26 de agosto de 2009.
Recorrido Restanca- Ventosa i Calvell y Estany LLong.
Según todas las previsiones, ésta iba a ser la ruta más dura y por eso salimos pronto del refugio. Deshacemos parte del camino andado el día anterior, y llegamos a Ventosa, donde almorzamos al lado de una fuente. Allí estaban también los de Antella. No nos dejan pasar al aseo porque lo están limpiando.
Reanudamos el camino hacia "la gran pedrera" del Contraix. La pedrera incluía piedras grandes, piedras pequeñas, neveros, grava, gravilla, tierras varias...
Nuevamente Antonio hace su obra de caridad diaria y carga con la mochila de Julia.
Se produce una división en el grupo, Juanjo opta por ir delante para buscar cobertura y hacer una llamada. La pedrera está llena de hitos y un grupo formado por Julia, Inma y Julio deciden subir por la parte derecha, que parece "montañosa". El resto optamos por saltar de piedra en piedra para poder ir a un nevero.
Al fin la fuerte subida y ya estamos en la cumbre donde nos encontramos con los otros catalanes.
Entre chistes y piedras comenzamos a bajar. Julio localiza una piedra que se movía y decide lanzarla y fue rodando hasta abajo.
Seguimos bajando y nos encontramos con otro nevero, en el cual Toño se divirtió esquiando. Alfredo y Esther siguieron sus pasos y también esquiaron.
Como se hacía muy tarde, Julio decidió adelantarse para que nos reservaran las habitaciones y como iba corriendo se enganchó con un árbol y al desequilibrarse cayó al suelo.
Inma seguía los pasos de Juanjo y llegaron de los primeros.
Julia y Toño decidieron ir de la mano hasta el refugio. Alfredo también ayudó a Esther en esta tremenda bajada.
En el transcurso del camino nos encontramos con Josep, que se unió al grupo.
Nos quedaba aún un buen tramo, aproximadamente 1,5 km.
El cansancio hace mella y vemos espejismos, dos o tres veces divisamos el refugio. Cae la noche pero nosotros sin frontal, así es más aventura. Vemos un cartel que anuncia que el refugio está a 5 horas!!!, uff... no es el nuestro.
Casi noche cerrada, iniciamos una pendiente muy empinada entre unos árboles que nos llevan a una pista. De nuevo vemos unas luces, "ya está ahí el refugio", "uy las luces se mueven", "será que vienen a recibirnos", pero no, se trataba de un grupo que iba a dormir al refugio de la centralita que acabábamos de pasar.
Julia, a la luz de la luna, detecta que se les ha caído algo y Toño como Santo Tomás quiso tocarlo con el dedo, pero era algo que se les había caído a ellos, sino a alguna vaca.
Ya llegamos al refugio y como era muy tarde nos habían guardado la cena, pero no las camas. Así que nos habían preparado unas colchonetas en el comedor.
Juanjo ya se había ofrecido para dormir en el comedor y sin pestañear Toño, Alfredo y Esther aceptaron también. Se hicieron dos zonas, no roncadores, Juanjo, Toño y Esther y roncadores Alfredo, aunque esta noche no roncó, según él por el olor de la comida que tenía al lado.
Los catalanes llegaron aún más tarde que nosotros y no quisieron cenar. Durmieron en el refugio de la centralita.
Otras curiosidades del día fueron las visiones de distinta fauna de la zona, Inma vio un ciervo y Julia vio una rabosa.
Nota para próximos viajes:
- Llevar mucha vaselina y dejar en casa el repelente de mosquitos.
Algunos cuando oyen la palabra vaselina responden "jo escuraré", pero como diría Alfredo "eixe meló l'ensetarem un altre día”.
CAPITULO 4
27 de agosto de 2009
Recorrido Estany Llong - Colomina.
La jornada de hoy se presenta como un paseo después de las dos anteriores, por ello desayunamos tranquilamente, hacemos la consiguiente cola en el lavabo ya que sólo había uno, y sin ducharnos salimos a las 8,45 horas.
Comenzamos un ascenso y como ya estábamos en el cuarto día, alguien le recuerda a Alfredo que nos tiene que contar un famoso chiste de unos indios. Decide contarlo Toño. El chiste dura casi una hora y nos hace subir sin darnos cuenta. Juanjo decide alejarse un poco como medida profiláctica. El chiste trata de los indios arapajoes, sección no violenta de los siux de la región de Montana estado de Ohio, de cómo muere el jefe indio y toma posesión su hijo "Goma rota", el cual había estudiado en la mejor universidad, pero no había aprendido nada de meteorología. Cada miércoles se reunían los distintos jefes, y el jefe de medioambiente le preguntaba sobre el tiempo que hará en invierno y el jefe "Goma rota," previa llamada al departamento de meteorología de Houston, les iba contestando. Iban recogiendo leña, al principio poca y luego cada vez más porque en Houston cada vez empeoraba el clima. Al final, se descubrió que Houston se guiaba según los satélites y también según la leña que recogían los arapajoes. Después de este extenso chiste, no se sabe muy bien si por lo largo del chiste, la altura alcanzada o el esfuerzo realizado, Toño hizo un resumen para quien necesitó alguna explicación adicional.
Nos volvimos a encontrar con los de Antella, que nos adelantaron mientras nosotros estábamos almorzando, ellos terminaban hoy.
Los catalanes se retiran, no sabemos muy bien la causa, porque no cenaron, porque no durmieron en el refugio, o por lo que sea.
Comemos cerca de un lago en el cual nos refrescamos los pies.
En la ruta encontramos una trampilla, que cada uno dejó a su imaginación cuál sería su cometido, "cuenta personas", "te hace una foto", "te manda al inicio del recorrido".
No encontramos con una pequeña red de ferrocarril y mucha gente pasando la tarde. Esta red de ferrocarril se utilizaba para la construcción de la intercomunicación de los lagos de la zona, según nos contó el padre de un niño llamado Viel que cenaron con nosotros en el refugio de Colomina.
En esta zona probamos si hay cobertura y bingo, podemos usar el móvil después de dos días. Ya habíamos visto el refugio, así que algunos decidimos parar para poner al día a la familia y amigos.
Llegamos al refugio Colomina, un refugio muy acogedor y comenzamos las tareas, arreglo de mochila, ducha, cajita con objetos personales,...
Como Toño no había llamado por el móvil, llegó el primero y cogió la llave de las duchas y nos explicó el funcionamiento.
Toño fue el primero y mientras el resto esperábamos nuestro turno, comenzó a llegar un pestazo procedente del aseo, algo inhumano. Alfredo intentó ventilar aquello abriendo no la ventana sino una puerta y ni con esas. ¿Quién sería el autor de tan fétido olor? ¿Quién estaba tan callado y concentrado en el vater?...
El ambiente estaba tan cargado que Toño, no sabemos si mareado por tal grado de metano o tentado por las voces de las chicas, salió de la ducha envuelto en su toalla jamonera, haciendo un paseillo y posando.
Puntualizar que el ambiente se contaminó de tal manera, que el pestazo llegó hasta el primer piso del refugio.
Poco a poco el grupo se fue aseando. Juanjo estuvo descansando y leyendo, Josep optó por una sesión de masaje a 4 manos, como pago a sus ya famosos masajes de pies, que fue la envidia de alguna vasca que se asomó al cuarto.
En el comedor corría la cerveza ya antes de la cena a la salud del señor Berbegall, Josep para los amigos.
La cena como en anteriores ocasiones contaba con sopa, ensalada y carne (de nuevo lomo), pero esta vez tenía un toque exótico de postre, mousse de limón.
Durante la cena más cerveza y más vino, lo cual nos hizo entrar en calor.
Entre chistes de vascos, con las miradas de los que estaban cenando a nuestro lado, y otros comentarios pasamos la velada.
Durante la cena el profesor Toño nos deleitó con una de sus famosas charlas que dio paso al debate:
- Móvil si o no? Dejar el móvil fuera de la mochila?
Decidimos salir para ver eso de la Luna y Marte y bajar un poco el calor del vino.
Lo del planeta no lo vimos, pero tuvimos un nuevo hallazgo, el profesor Toño que nos había dejado clara su posición en contra del móvil, estaba hablando con un celular.
Nos estuvimos riendo un rato con los frontales y algunas tonterías más y ya decidimos ir a dormir.
La fiesta siguió en el dormitorio, hasta las 22.00 horas en punto, cuando se oyó una voz de ultratumba que sólo dijo "si us plau". Que equivocado estaba al creer que iba a descansar, ahora empezaba el "after hours" y el de esta noche fue un especial fin de fiesta, un trío a cual de todos mejor, la soprano, el barítono y el tenor.
En fin con la pastillita intentamos descansar.
CAPITULO 5
28 de agosto de 2009
Recorrido Colomina- J.M. Blanch y Ernest Mallafré.
El recorrido de hoy no tenía gran dificultad pero teníamos sobre nosotros algo peor, el tiempo. El estrés no podía faltar en esta última jornada, ¿Llegaríamos a tiempo al taxi que nos bajaba a Spot?
Hoy era el día en el que participan los que quieren hacer el recorrido en 24 horas, y nos encontramos con varios corredores durante la ruta.
Salimos temprano y a la carrera. Ya no recuerdo si fue subida o bajada. Esta jornada escondía un nuevo reto para dos participantes Julia y Esther. Se les proporcionaría un GPS, un altímetro y un plano, y tendrían que ser capaces de encontrar una línea roja a 2.700 m. de altitud, donde esperarían al resto de expedición que irían al refugio de J.M.Blanch.
Con estas variables, en la bifurcación del camino, comienza cada equipo su misión. Los dos equipos lograron sus propósitos. El equipo de Julia y Esther, no encontraron la línea roja, aunque preguntaron a una pareja que pasaba por allí, pero lograron hacer casi cima en el Montardo y encontrar el camino de bajada.
Después de una bajada de no te menees, y no quiero acordarme de cuantas horas de caminata, encontramos "el lugar perfecto para comer".
Tras cargar las pilas seguimos el recorrido con otros ánimos, ya estábamos prácticamente en el refugio. Comimos frambuesas, y disfrutamos de un paisaje precioso, con una frondosa vegetación.
Ya vemos el refugio, subidón de alegría, todos abrazados y "saltando", y cómo no unas cervezas para celebrar que lo hemos conseguido.
Y nos había sobrado tiempo.
Buscamos un taxi y nos baja a Spot. La conductora, muy al estilo montañés trepa por el Land Rover y carga las mochilas en el techo del vehículo. Vamos subiendo en el taxi y bajamos todas las ventanillas ya que el ambiente estaba un poco cargado.
Ya en Spot cogemos los coches y nos dirigimos a Rialp donde vamos al hotel donde nos espera el "jacuzzi". Al llegar al hotel nos dicen que no hay "jacuzzi" pero que hay piscina climatizada y sauna. Pues vale, lo probaremos todo. Nos reparten en distintas habitaciones y ya cada cual hace lo que buenamente puede o quiere.
A las 20,30 horas quedamos en la cafetería del hotel para tomar una cerveza, estamos tan aseaditos que casi no nos conocemos.
Seguidamente pasamos al restaurante-buffet, donde nos esperan grandes manjares como hamburguesas, spaghettis, patatas fritas, pizza, y toda clase de ensaladas. Hoy Juanjo se iba a poner las botas, los vegetarianos comen algo más que queso.
Como todas las noches que cenamos a una hora prudente, tenemos alguna lección, esta vez a cargo de los profesores Inma y Josep, y trata de "la elección del vino".
Tras que nos mostraran algunas botellas, ya que no había carta, eligieron un vino con señorio y de buen paladar.
Después de varios viajes al buffet, algunos ya se hicieron amigos del que preparaba los burguers, nos adentramos en la zona de los postres. Y a pesar de estar cansados, reventados y con sueño, había que amortizar las instalaciones y nos dirigimos a la disco.
Menudo ambiente!, la noche prometía, en el centro de la pista una niña de 3 años, los padres mirando desde unas sillas, y otros cuatro niños dando saltos. Pero poco a poco nos fuimos haciendo con el local, y todo cambio cuando nos convertimos en go-gós improvisados. Alfredo y Antonio, los reyes de los saltos por las piedras, recibieron la ayuda de sus pupilas de montaña, "necesiteu ajuda, doneu-nos la maneta".
Se podían pedir canciones, así que en honor al rey del baile de salón pedimos un pasodoble. La cosa mejoró con un rock'n'roll y con Coyote dach. A las 23,00 horas cerraban la disco y como estábamos tan animados la pinchadiscos nos recomendó varios locales del pueblo.
La gente ya no aguantaba más y se fue retirando a las habitaciones.
Terminamos en un local del pueblo Josep, Inma y la que lo cuenta y dejaré a vuestra imaginación lo que tomamos en aquel lugar.
Con esto se termina el relato de estos días que quedarán para siempre en la memoria y el corazón de todos.
FIN
domingo, 1 de noviembre de 2009
sábado, 31 de octubre de 2009
Barranc d'Abdet
Com podeu veure el grup Abba, quasi al complet, ja ha fet el Barranc d'Abdet.
Sols dir que hem tirat en falta a Esther que tenia que comprar-se robeta per a la boa de la propera setmana.
Llàstima
Per cert: El sopar és el proper divendres, 6 de novembre, a casa d'Esther a les 21'30 hores. De la cervesa s'encarrega Esther. La resta dura algo per a sopar (no val entrepa amb Nocilla). Després veurem els dos DVD més impressionants dels últims temps. Algunes escenes no són aptes per a cardíacs.
No podeu faltar (sobre tot tú: Esther, jejeje)
Encara que Esther és la narradora oficial del grup, vaig a intentar fer un resum dels fets, per a no perdre el costum.
Després d’esperar a Esther, pensant que Julio l’havia convençut per anar-hi a fer el barranc, vam agafar camí cap a Abdet, uns 20 km plens de corbes interminables.
Arribarem , encarregarem taula per dinar, a les 14:00, pensant que esta vegada seríem més puntuals i, després d’esmorçar un poquet, començarem a disfressar-nos de barranquistes.
Jo estrenava culera, Toño estrenava motxilla i Julio bote per barrancs (el pobre Alfredo s’havia de conformar en un sol guant, perquè l’altre el va perdre a Otonel).
Destacar la cara que va posar Antonio en vore les botes de Julio, la cara de satisfacció de Julio amb les seues botes noves i les cares de Cap d’estudis d’Alfredo i Julia.
Després de caminar un poquet, iniciarem el barranc. Preciós, divertit i facilet. Esta vegada sí tenien raó en les seues apreciacions. Anàvem a passar-ho molt bé i així va ser.
Algun ràpel, molts bots i, sobre tot, la presencia espiritual d’Esther, a la que li vam dedicar tots els vídeos, bots, ràpels i demés.
Com sempre, Antonio, s’ho va passar d’allò més bé, amb la seua motxilla nova, i no va relliscar fent el ràpel (ja havia aprés la teoria). A Alfredo, esta vegada no li ho contaren i Julio encantat en les seues botes noves, escalant per on Toño no podia, jejeje.
Al final, arribarem a bona hora a dinar (Julia ho va fer en calcetins). La clau del cotxe estava on havia d’estar i el menjar estava boníssim. Comentarem la possibilitat de canviar el nom del grup i, finalment, es quedarà com “grup Abba – Els preparats”. I el proper soparet en casa d’Esther, que ja li toca lo de pagar les cerveses.
De nou un altre dia inoblidable d’un grup heterogeni d’amics.....
Julia
jueves, 22 de octubre de 2009
Barranc d'Otonel
BARRANCO DE OTONEL O DE LAS DONCELLAS
Domingo 11 de octubre de 2009
Primera salida del grupo Abba tras el verano.
El Barranco de Otonel, famoso por su megarappel de 60 metros, no está mal como bautizo en cuanto a barrancos, para dos novatas como Julia y Esther.
En esta ocasión repetían experiencia Toño y Julio, y desde Madrid acudieron Juanjo y su hijo Juan Miguel. Alfredo esta vez tampoco quiso que se lo contaran.
El domingo salimos temprano, habíamos quedado a las 8,00. Ultimamos los detalles de la combinación de los dos coches y salimos rumbo a Dos Aguas.
Llegamos al pueblo y encargamos comida para eso de las 14,30 horas.
Parecía interminable la carretera estrecha, llena de curvas y con algún túnel.
El tiempo está perfecto, soleado, aunque no hace calor.
Llegamos a un punto en el que nos ponemos los neoprenos y hacemos transbordo de ropa de un coche al otro. Con los neoprenos por la cintura empezamos a subir hasta otro sitio donde nos recogen y nos vamos al punto de partida.
Llegados allí nos encontramos con un trío que ya había hecho el barranco el día anterior y habían acampado allí.
Almorzamos, cogemos fuerzas, nos terminamos de poner el equipo y comenzamos.
Hay que destacar el cuarteto de “tortugas ninja”.
A pocos metros de donde nos encontramos, comienza el barranco. Por supuesto, un rappel de unos 20 metros, que terminaba en una poza de agua fresquita.
Seguimos andando y llegamos a un paraje que nada tiene que ver con la zona, está lleno de vegetación, el agua cae por grandes chorreras, se pulveriza, impresionante...
Seguimos unos metros a través de mucha vegetación típica de río, y nos encontramos con algunos toboganes y pozas, en las cuales varios miembros de la expedición repitieron los saltos mientras Julio montaba el siguiente rappel.
Entre destrepes, rappels más o menos impresionantes, pozas y toboganes, llegamos al “GRAN RAPPEL”.
Por más que te hayan contado, este rappel es para pasarlo personalmente cada uno, y por ello cada cual lo vive de una forma.
Se sentía la tensión desde el momento en que estaban atando las cuerdas. El primero en bajar fue Julio, le siguió Alfredo y a continuación Julia. La bajada duraba un rato y mientras, el resto esperábamos entre tiriteras nuestro turno, tocando de vez en cuando la cuerda para ver si estaba o no tensa. La salida no era complicada y Antonio animaba desde arriba, “molt bé, segueix per l'aigua”. Algunos con más suerte, como Julia tomaron el camino que no les llevó a la “cueva-catarata”. Casi todos caímos en la cueva, y unos más que otros sorprendidos por la catarata, que por unos segundos o minutos te bloqueaba hasta que por fin pensabas en soltar cuerda y bajar.
Una vez bajo, a saltar de nuevo a una especie de lago. Desde allí la vista es espectacular, se puede apreciar la longitud de la cascada, “¿por ahí hemos bajado?”.
Un poco cansados unos, y otros casi sin habla, seguimos hacía el siguiente rappel, otros 20 metros de caída con cascada...pero antes otro tobogán.
Ya estábamos tan cansados que no teníamos ni fuerzas para tirar de la cuerda y Julio decidió que pondría la cuerda simple. En este último rappel bajan primero Alfredo y Toño, este último sin dejar de saltar mil y una vez a la laguna que finalizaba este impresionante barranco. El resto rapelamos como podemos, algunos estilo “spiderman”, otros como si se dedicaran a eso todos los días, ...
Salimos del agua y comenzamos a “escalar” por la montaña en busca del coche. La sorpresa nos aguardaba arriba, el coche estaba cerrado y la llave estaba en el otro coche. Pero “no pasa res”, super Toño se libera de su neopreno, se remanga el tanga y a correr a por el coche.
Mientras esperamos hacemos apuestas sobre la hora que sería, no acertamos nadie...eran las cuatro de la tarde. Ya por fin llega Toño con el coche y nos vestimos, en ese momento sube otro grupo que también había hecho el barranco y ¡vaya! También se habían olvidado las llaves en el otro coche.
Decidimos hacer una buena obra y acercamos a uno de ellos al coche.
Por fin llegamos al bar y nos dan de comer, patatas fritas, chuletas y embutidos varios. Aún exhaustos ya estamos comentando cuál será el próximo barranco. Terminamos, nos despedimos y nos vamos cada cual por su lado, hoy ha sido un dia “impressionant”.
Hasta la próxima!!!
Domingo 11 de octubre de 2009
Primera salida del grupo Abba tras el verano.
El Barranco de Otonel, famoso por su megarappel de 60 metros, no está mal como bautizo en cuanto a barrancos, para dos novatas como Julia y Esther.
En esta ocasión repetían experiencia Toño y Julio, y desde Madrid acudieron Juanjo y su hijo Juan Miguel. Alfredo esta vez tampoco quiso que se lo contaran.
El domingo salimos temprano, habíamos quedado a las 8,00. Ultimamos los detalles de la combinación de los dos coches y salimos rumbo a Dos Aguas.
Llegamos al pueblo y encargamos comida para eso de las 14,30 horas.
Parecía interminable la carretera estrecha, llena de curvas y con algún túnel.
El tiempo está perfecto, soleado, aunque no hace calor.
Llegamos a un punto en el que nos ponemos los neoprenos y hacemos transbordo de ropa de un coche al otro. Con los neoprenos por la cintura empezamos a subir hasta otro sitio donde nos recogen y nos vamos al punto de partida.
Llegados allí nos encontramos con un trío que ya había hecho el barranco el día anterior y habían acampado allí.
Almorzamos, cogemos fuerzas, nos terminamos de poner el equipo y comenzamos.
Hay que destacar el cuarteto de “tortugas ninja”.
A pocos metros de donde nos encontramos, comienza el barranco. Por supuesto, un rappel de unos 20 metros, que terminaba en una poza de agua fresquita.
Seguimos andando y llegamos a un paraje que nada tiene que ver con la zona, está lleno de vegetación, el agua cae por grandes chorreras, se pulveriza, impresionante...
Seguimos unos metros a través de mucha vegetación típica de río, y nos encontramos con algunos toboganes y pozas, en las cuales varios miembros de la expedición repitieron los saltos mientras Julio montaba el siguiente rappel.
Entre destrepes, rappels más o menos impresionantes, pozas y toboganes, llegamos al “GRAN RAPPEL”.
Por más que te hayan contado, este rappel es para pasarlo personalmente cada uno, y por ello cada cual lo vive de una forma.
Se sentía la tensión desde el momento en que estaban atando las cuerdas. El primero en bajar fue Julio, le siguió Alfredo y a continuación Julia. La bajada duraba un rato y mientras, el resto esperábamos entre tiriteras nuestro turno, tocando de vez en cuando la cuerda para ver si estaba o no tensa. La salida no era complicada y Antonio animaba desde arriba, “molt bé, segueix per l'aigua”. Algunos con más suerte, como Julia tomaron el camino que no les llevó a la “cueva-catarata”. Casi todos caímos en la cueva, y unos más que otros sorprendidos por la catarata, que por unos segundos o minutos te bloqueaba hasta que por fin pensabas en soltar cuerda y bajar.
Una vez bajo, a saltar de nuevo a una especie de lago. Desde allí la vista es espectacular, se puede apreciar la longitud de la cascada, “¿por ahí hemos bajado?”.
Un poco cansados unos, y otros casi sin habla, seguimos hacía el siguiente rappel, otros 20 metros de caída con cascada...pero antes otro tobogán.
Ya estábamos tan cansados que no teníamos ni fuerzas para tirar de la cuerda y Julio decidió que pondría la cuerda simple. En este último rappel bajan primero Alfredo y Toño, este último sin dejar de saltar mil y una vez a la laguna que finalizaba este impresionante barranco. El resto rapelamos como podemos, algunos estilo “spiderman”, otros como si se dedicaran a eso todos los días, ...
Salimos del agua y comenzamos a “escalar” por la montaña en busca del coche. La sorpresa nos aguardaba arriba, el coche estaba cerrado y la llave estaba en el otro coche. Pero “no pasa res”, super Toño se libera de su neopreno, se remanga el tanga y a correr a por el coche.
Mientras esperamos hacemos apuestas sobre la hora que sería, no acertamos nadie...eran las cuatro de la tarde. Ya por fin llega Toño con el coche y nos vestimos, en ese momento sube otro grupo que también había hecho el barranco y ¡vaya! También se habían olvidado las llaves en el otro coche.
Decidimos hacer una buena obra y acercamos a uno de ellos al coche.
Por fin llegamos al bar y nos dan de comer, patatas fritas, chuletas y embutidos varios. Aún exhaustos ya estamos comentando cuál será el próximo barranco. Terminamos, nos despedimos y nos vamos cada cual por su lado, hoy ha sido un dia “impressionant”.
Hasta la próxima!!!
Carrera de Tuéjar
domingo, 4 de octubre de 2009
Saludo a todos los integrantes.
Hola grup Abba: como veis tenemos un nuevo blog donde todos podremos publicar lo que nos parezca y a la vez nos servirá de cauce de comunicación. El próximo sábado, día 10 de octubre, tenemos cena en casa deJulio. Cada uno que lleve lo que pueda y veremos algún montaje que nos faltaba por visionar. Además tendremos una clase práctica de como entrar en el blog y poder publicar.
Envío también una foto que intenta simbolizar el caracter que define algrupo: integridad, altura de miras, sensatez, tranquilidad y etcétera.
Envío también una foto que intenta simbolizar el caracter que define algrupo: integridad, altura de miras, sensatez, tranquilidad y etcétera.
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